Los derechos fundamentales de todo ser humano (La sanidad, la educación, la justicia, el derecho a una vivienda digna, a sacar adelante a una familia, a aspirar a una justicia real, accesible y gratuita...), nunca deberían ser objeto de negocio, especulación o privatización. Si un gobierno gestiona mal, cámbiese el gobierno. Pero que no se utilice la rentabilidad como argumento para el saqueo de los bienes públicos. Los derechos no tienen precio, ni son negociables.


jueves, 22 de diciembre de 2011

Educación, delicadeza y teléfono móvil

Suena ya a tópico eso de que nuestro primer mundo avanza más rápidamente en lo material que en lo espiritual, que adaptándolo a nuestro caso se podría interpretar en que tenemos extraordinarias herramientas pero no nos ha dado tiempo a desarrollar, y mucho menos a interinizar, unas reglas de comportamiento social con las que incluirlas en nuestra vida cotidiana.

Un ejemplo absolutamente cercano es el teléfono, y mucho más su reciente y extendidísima versión de teléfono móvil, sea de uso personal o profesional. En tal uso no solamente se abandonan en ocasiones las más elementales reglas de la educación, sino las otras, más olvidadas, de la delicadeza, cuya acepción más adecuada a este caso es, según el diccionario de la Real Academia: “Atención y exquisito miramiento con las personas o las cosas, en las obras o en las palabras.”

No hay cosa más triste, realmente, que ver a una pareja joven cuyo grado de incomunicación llega a la necesidad de tener que estar cada uno hablando con su móvil con terceras personas. Por otra parte, si se está con una persona y aquella está constantemente tecleando sus mensajes, o buscando conversaciones telefónicas, se puede deducir que el nivel de atención que se merece como acompañante es nulo, y que el interés que lo que se está diciendo, o que la propia compañía, despierta en el moviladicto, es más bien pequeño. Tanto peor si nos percatamos de que se está “retransmitiendo” nuestra conversación a una tercera persona sin nuestra anuencia.

Cuando se está en una reunión, principalmente si esta es de un nivel ejecutivo, no falta quien necesite establecer su conversación telefónica en medio de la misma, más probablemente para demostrar lo infinitamente necesario que es para sus subordinados o superiores, que por una auténtica urgencia. Por otra parte, no deja de ser, además, una falta de discreción el estar conversando (por mucho que uno se agache y se tape la boca en un burdo intento de hacer como que no quiere hablar) mientras el que está al otro lado del teléfono está escuchando, en segundo plano, lo que se dice en tal reunión, lo cual puede no ser nada recomendable profesional o personalmente para los demás participantes. No hablemos ya cuando la necesidad de hablar se da en cursos, clases, cines, etc…

Obviamente, se puede prescindir del teléfono. Obviamente, cuando alguien, con el cargo que sea, entra en una reunión, el mundo puede prescindir de él durante el tiempo que esta dura, tanto por respeto al resto de asistentes como a la real concentración y dedicación al tema tratado por parte de uno mismo. Normalmente, quien no tiene reparos en establecer una conversación telefónica molestando, evidentemente, al resto de reunidos, es porque tampoco tiene reparo en mantener conversaciones paralelas con otros asistentes a la reunión, dentro de ese vicio tan nuestro de no respetar al que habla ni a los que escuchan. Y no deja de ser una falta de respeto para los asistentes eso de: “Me tienen que llamar”, como aviso. Pues que se esperen, oiga, si no es vital.

¿Y qué decir de aquellos que te conceden su precioso tiempo (profesional, comercial, personalmente, etc) y que cuando consigues acceder a su franja de atención resulta que tienen, inexcusablemente, que hablar con alguien? El bonito detalle, si no se ha podido silenciar el teléfono antes, de decir “Ahora estoy reunido, luego te llamo” será recibido, sin duda, como una muestra de respeto por el que quiere decirnos algo, mientras que cualquier discurso, cualquier petición, cualquier conversación que se ve interrumpida por las “conversaciones urgentes-paralelas” es automáticamente desvirtuado, posiblemente con un sentimiento del que intenta comunicar algo a la persona tan ocupada de que es inútil el esfuerzo y que a aquella le importa un rábano lo que le ibas a decir.

No nos han enseñado normas para eso, porque quienes ahora usamos y sufrimos los teléfonos fuimos a escuela antes de que se impusieran de tal manera. En la época de los fijos y las/los secretarias/os era de buen estilo decir, cuando alguien nos visitaba, eso de: “No me pases llamadas, que estoy reunido”. Una muestra de delicadeza y de respeto hacia aquel con el que nos reuníamos. Ahora hay quien parece que está deseando que le llamen mientras hablamos con él, puesto que la exigencia de telecomunicación parece un nivel de rango en determinadas organizaciones.

Si es que tenemos un jefe que exige que se le conteste inmediatamente (También los jefes pueden ser seres absolutamente exentos de la menor delicadeza) y caemos en tal sumisión, habremos de soportar llamadas en horas intempestivas, momentos íntimos, viajes, etc. El teléfono ha de ser una herramienta para servirnos, no al revés.

Por eso parece procedente resumir unas elementales normas:

1 – Cuando estés hablando con alguien, es una falta de respeto iniciar una llamada (“Perdona, pero es que tengo que llamar justo ahora”) o continuar una entrante. Dí que estás ocupado y que te vuelvan a llamar INDEPENDIENTEMENTE DE QUIEN SEA LA PERSONA CON LA QUE ESTÁS HABLANDO, puesto que todos merecemos el mejor trato, sea un superior o un subordinado, la dignidad ha de ser la misma para todos.

2 – Si entras en una reunión, pon el teléfono en silencio. Si te llaman, y tienes que hablar realmente de manera urgente, SALTE DE LA REUNIÓN PARA HABLAR POR TU MÓVIL. No hagas tragar a los demás tu conversación, bien como fondo de la reunión general o bien, dado tu tono de voz, como una muestra de lo importante que te crees y de lo maleducado/a que en realidad eres. Y no des oportunidad a que quien está al otro lado de la línea pueda escuchar algo que no procede.

2 – Cuando estás en autobuses, trenes, salas de espera, etc., y estás con una conversación, hay mucha gente que se está enterando de tu vida. Y puede no interesarles para nada. O puede interesarles demasiado los detalles que expones. Parece que hay demasiadas personas que no ven como pérdida de intimidad contar su vida privada en un foro público, pues aunque se lo esté diciendo a quien está a la otra parte del teléfono, está escuchando todo el mundo que hay alrededor.

Así se podrían exponer muchas mas situaciones que todos vivimos y conocemos diariamente, y las normas se pueden resumir en que hay que dar prioridad a la comunicación directa y a que hay que tener respeto tanto a nuestro interlocutor como a quien nos rodea.

Esto es puro sentido común, pura delicadeza. Pero hay mucho cultivo de la enseñanza y los valores tecnológicos y poco de la enseñanza y los valores humanísticos. Tendremos que ir corrigiéndolo entre todos para mejorar nuestra sociedad.

Educació, delicadesa i telèfon mòbil

Sona ja a tòpic això que el nostre primer món avança més ràpidament en el material que en l'espiritual, que adaptant-ho al nostre cas es podria interpretar que tenim extraordinàries ferramentes però no ens ha donat temps a desenrotllar, i molt menys a interioritzar, unes regles de comportament social amb què incloure-les en la nostra vida quotidiana.

Un exemple absolutament pròxim és el telèfon, i molt més el seu recent i exestesíssima versió de telèfon mòbil, siga d'ús personal o professional. En el seu ús, no sols s'abandonen de vegades les més elementals regles de l'educació, sinó les altres, més oblidades, de la delicadesa, l'accepció de les quals més adequada a este cas és: “Atenció i exquisit mirament amb les persones o les coses, en les obres o en les paraules.”

No hi ha cosa més trista, realment, que veure a una parella jove el grau d'incomunicació de la qual arriba a la necessitat d'estar cada un parlant amb el seu mòbil amb terceres persones. D'altra banda, si s'està amb una persona i aquella està constantment teclejant els seus missatges, o buscant conversacions telefòniques, es pot deduir que el nivell d'atenció que es mereix com a acompanyant és nul, i que l'interés que el que s'està dient, o que la pròpia companyia, desperta en el •mòbiladicte", és més aviat xicotet. Molt pitjor si ens adonem que s'està “retransmetent” la nostra conversació a una tercera persona sense la nostra anuència.

Quan s'està en una reunió, principalment si esta és d'un nivell executiu, no falta qui necessite establir la seua conversació telefònica enmig de la mateixa, més probablement per a demostrar l'infinitament necessari que és per als seus subordinats o superiors, que per una autèntica urgència. D'altra banda, no deixa de ser, a més, una falta de discreció estar conversant (per molt que un s'acatxe i es tape la boca en un bast intent de fer com que fa que no vol parlar) mentres el que està a l'altre costat del telèfon està escoltant, en segon pla, allò que es diu en tal reunió, la qual cosa pot no ser gens recomanable professional o personalment per als altres participants. No parlem ja quan la necessitat parlar es dóna en cursos, classes, cines, etc…

Òbviament, es pot prescindir del telèfon. Òbviament, quan algú, amb el càrrec que siga, entra en una reunió, el món pot prescindir d'ell durant el temps que esta dura. Normalment, qui no té inconvenients a establir una conversació telefònica molestant, evidentment, a la resta de reunits, és perquè tampoc té inconvenient a mantindre conversacions paral•leles amb altres assistents a la reunió, dins d'eixe vici tan nostre de no respectar a qui parla ni als que escolten. I no deixa de ser una falta de respecte per als assistents això de: “M'han de telefonar”, com a avís. Llavors que s'esperen, escolte, si no és vital.

I què dir d'aquells que et concedixen el seu preciós temps (professional, comercial, personalment, etc) i que quan aconseguixes accedir a la seua franja d'atenció resulta que han, inexcusablement, de parlar amb algú? El bonic detall, si no s'ha pogut silenciar el telèfon abans, de dir “Ara estic reunit, després et telefone” serà rebut, sens dubte, com una mostra de respecte per qui vol dir-nos alguna cosa, mentres que qualsevol discurs, qualsevol petició, qualsevol conversació que es veu interrompuda per les “conversacions urgents-paral•leles” és automàticament desvirtuat, possiblement amb un sentiment de què intenta comunicar alguna cosa a la persona tan ocupada que és inútil l'esforç i que a aquella li importa un rave el que li anaves a dir.

No ens han ensenyat normes per a això, perquè molts dels que ara usem i patim els telèfons vam anar a escola abans que s'imposaren de tal manera. En l'època dels fixos i les/els secretàries/s era de bon estil dir, quan algú ens visitava, això de: “No em passes telefonades, que estic reunit”. Una mostra de delicadesa i de respecte. Ara hi ha qui pareix que està desitjant que el truquen mentres parlem amb ell, ja que l'exigència de telecomunicació pareix un nivell de rang en determinades organitzacions.

Si és que tenim un cap que exigix que se li conteste immediatament (També els caps poden ser absolutament exempts de la menor delicadesa) i caiem en tal submissió, haurem de suportar telefonades en hores intempestives, moments íntims, viatges, etc. El telèfon ha de ser una ferramenta per a servir-nos, no al revés.

Per això pareix procedent resumir unes elementals normes:

1 – Quan estigues parlant amb algú, és una falta de respecte iniciar una telefonada (“Perdona, però és que he de telefonar just ara”) o continuar una entrant. Digues que estàs ocupat i que et tornen a telefonar INDEPENDENTMENT DE QUI SIGA LA PERSONA AMB QUÈ ESTÀS PARLANT, ja que tots mereixem el millor tracte, siga un superior o un subordinat, la dignitat ha de ser la mateixa per a tots.

2 – Si entres en una reunió, posa el telèfon en silenci. Si et telefonen, i has de parlar realment de manera urgent, SURT DE LA REUNIÓ PER A PARLAR PEL TEU MÒBIL. No faces engolir als altres la teua conversació, bé com a fons de la reunió general o bé, donat el teu to de veu, com una mostra de l'important que et creus i com de maleducat/da que en realitat eres. I no dónes oportunitat a què qui està a l'altre costat de la línia puga escoltar quelcom que no és procedent.

3 – Quan estàs en autobusos, trens, sales d'espera, etc., i estàs amb una conversació, hi ha molta gent que s'està assabentant de la teua vida. I pot no interessar-los per a res. O pot interessar-los massa els detalls que exposes. Pareix que hi ha massa persones que no veuen com a pèrdua d'intimitat contar la seua vida privada en un fòrum públic, perquè encara que li ho estiga dient a qui està a l'altra part del telèfon, està escoltant tot el món que hi ha al voltant.

Així es podrien exposar moltes mas situacions que tots vivim i coneixem diàriament, i les normes es poden resumir que cal donar prioritat a la comunicació directa i que cal tindre respecte tant al nostre interlocutor com a qui ens rodeja.

Açò és pur sentit comú, pura delicadesa. Però hi ha molt de cultiu de l'ensenyança i els valors tecnològics i poc de l'ensenyança i els valors humanístics. Haurem d'anar corregint-ho entre tots per a millorar la nostra societat.

EL PODER DE MOBILITZACIÓ SOCIAL DE LES NOVES XARXES DE COMUNICACIONS

Ara tenim de plena actualitat aquest tema: Hem conegut allò que es diu “La primavera árabe”, que és com dir el despertar de les llibertats en uns pobles els quals no han conegut, ni gens ni mica, tot això de la democràcia i les facultats inherents d’exercici d’uns drets pràcticament inexistents en la seua realitat. I ens diuen que les xarxes de comunicacions han tingut un paper força important en la seua consecució.

També hem viscut – i patit – fa d’això molt pocs dies – com el politics i els seus equips dediquen cada vegada més esforços a intoxicar aquestes xarxes amb el seu “marqueting”, tot i fent créixer el poder aparent de la gent la qual es situa a l’altre costat, davant del seu ordinador. A més a més, les televisions i en general els diaris presten cada vegada més atenció a la seua part “digital”, que – tot s’ha de dir – els atorga molta matèria per omplir els seus espais.

¿És en realitat tan democràtica “La Xarxa”? ¿Tenim, realment, tanta llibertat amb les noves ferramentes digitals? Han assolit els pobles, amb aquest instrument, un nivell d’igualtat en allò que respecta a la llibertat de comunicar els seus pensaments, les seues preferències? Hi ha les mateixes oportunitats per a accedir a les xarxes de comunicacions en els diferents llocs? Hi ha un excés d’esperança en uns instruments que, com tot, es poden controlar per les organitzacions que realment controlen l’economia (la qual cosa vol dir controlar també la política i els governs)?

Realment, no. No tota la gent té la mateixa oportunitat per a accedir a les xarxes: Hi ha importants diferències econòmiques, educatives i, clarament, polítiques. I no cal parlar de les diferències de sexe en –precisament – els mateixos llocs on sembla que, amb més força, les dites xarxes han fet eixir als pobles al carrer per a canviar els seus polítics

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Ha arribat la nit

I no per anunciada, la nit és menys fosca. Véiem arribar la tremenda foscor, la consideràvem inevitable. I ara estem entrant en el túnel. No tenim dret a espantar-nos, ja que tots coneixíem la seua arribada. Però no per això serà menor. Arriben temps de tempestat, de vents en contra, de risc de sotsobre, de desànim, de dubtes. I com a bons mariners, hem de mantindre el rumb, aguantar la canya, ajustar el drap i emproar als onades, si volem tornar a veure el Sol.

I una altra vegada, LLuis Llach ens presta les seues paraules:
 
Posem-nos dempeus una altra vegada
i que es senti la veu de tots
solemnement i clara
Cridem qui som
i que tothom ho escolti
i en acabat, que cadascú es vesteix
com bonament poda, i via fora!
que tot està per fer
i tot és possible
 
Ara mateix (Miquel Martí i Pol - Lluís Llach)

També vos agradarà, de segur, aquesta altra: LLuis LLach. - Sommiem

Pensem que si les núvols blaus i carregades de foscor ens fan creure que la nit és inevitable i llarga, i el que és pitjor, que la tenim merescuda, el Sol sempre torna a eixir. I quan el Sol torna a eixir, ix sempre més roig i més bonic. Salut i força per a la lluita.

martes, 15 de noviembre de 2011

VOTEM EN COLORS

a dicromia està envaint Espanya: Tot pareix dual, maniqueísta, en blanc i negre, principalment des dels mitjans d'informació, i entre ells eixa televisió pública que hauria de ser com la BBC i a vegades hauria d'anomenar-se TeleCentrípeta: Madrid o Barça, Madrid o províncies, Mourinho o Guardiola, comissions o UGT, PP o PSOE…

És que només sabem pensar en blanc i negre?, Raonem només amb dos posicions, com els sistemes informàtics? No hi ha més equips de futbol, no hi ha més sindicats, no hi ha més ciutats a Espanya que aquelles per on passen els madrilenys, o l'equip dels quals s'enfronta al Madrid? No hi ha més partits? Només estan eixos dos sindicats? Per favor!

És hora ja que els ciutadans, com afortunadament va passant, reaccionem davant d'esta potent i progressiva canalització de la democràcia cap a una dissidència controlada, dins de l'esperit Coca-cola o Pepsi. La diversitat és riquesa!.

D'altra banda, en la situació actual: Podem creure que algun dels dos grans partits es va a enfrontar a la banca, sent importants deutors dels seus crèdits? Podem creure que els grans aparells sindicals faran molta força, quan depenen dels pressupostos, fons per a formació i inclús els poden amenaçar de llevar-los places d'alliberats, la qual cosa implicaria que molts dels seus càrrec hagueren de tornar als seus llocs de treball d'origen?

El gran teatre es manté perquè els seus actors estan especialment interessats que continue: Els va en això el nivell de vida. Inclús pot paréixer que algun limitadet cap autonòmic de partit i la seua màfia mantenidora és més feliç com a tímida i blana oposició, però quedant-se ells, que amb una més possible victòria d'altres companys de partit més capaços. La mediocritat es va imposant en eixes estructures, d'on s'expulsa a aquells que són realment vàlids i, per tant, perillosos per als mediocres. Tenim polítics i quadros sindicals (de tots els colors) amb massa anys en el càrrec. Uns perquè valen, però altres perquè han sabut envoltar-se d'una cort d'agraïts que els blinda contra possibles moviments de cadira.

El pitjor d'açò és que este sistema, aparentment democràtic (els que cavalquen sobre ell es refugiaran en la sagrada democràcia perquè ningú els toque el quiosquet) ha resultat ser un pou negre que absorbix els recursos del país i de les seues classes treballadores, desviant-los cap a màfies, grups de poder, grups d'amics de banc de col•legi de pagament i altres associacions semblants. I han aconseguit sembrar un empedreïment tan gran de la moral ciutadana que es continua votant a corruptes i implicats (No és un conjunt musical, conste).

És hora ja que el ciutadà de peu es canse, que deixe de permetre que li prenguen el pèl. Per això hauríem de mantindre la campanya de VOTAR EN COLORS: Votem als partits xicotets, als partits locals, als pròxims, a aquells l'honradesa dels quals se suposa perquè encara no han pogut tocar el suficient poder. D'esquerres o de dretes (per favor: No ens passem als extrems). No deixem que ens posen etiqueta i ens tornen a dividir una altra vegada en l'Espanya roja i blava, perquè hi ha massa interessats a dividir-nos de forma controlada.

Compartim la iniciativa. Comentem-la, comentem-la: Enriquim el país amb més espectre de partits, més opinions, més possibilitats. Desmuntem les estructures que ens estan portant cap al model americà, amb dos partits, dos classes socials: els molt rics i els gens rics, dos begudes nacionals, milions de pobres i els servicis públics de pagament i robatori. Reaccionem. Anem a votar, però als altres. No ens quedem a casa, perquè l'abstenció manté el sistema. No ens deixem enganyar per això del “vot útil”, perquè sobre aquet han cavalcat molts incapaços i ens han dit moltes mentides. VOTEM EN COLORS, OXIGENEM EL PAÍS, RECUPEREM LA DEMOCRÀCIA REAL.

jueves, 10 de noviembre de 2011

ENLLAÇ PER ALS EXERCICIS I UTILITATS DE VALENCIÀ<->CATALÀ

Afig l'enllaç a la pàgina de http://webs.ono.com/aoc/i2-EnlacesValenciano.htm.
Espere que vos parega útil i m'envieu correccions i comentaris.

PARO LA WEB DE ANOG

Veréis que actualizo el blog con poca frecuencia: Es que he decidido teclear menos y vivir más. Hay demasiadas veces en que nos perdemos un atardecer, o una buena compañía, por esta comunicación electrónica. Pero todo tiene su momento.

Para optimizar, dejaré de actualizar la página principal de aquella web e iré colgando aquí los enlaces, para que podáis acceder a las demás páginas que todavía tengan interés.

Muchas gracias por vuestro seguimiento, que al fin y al cabo es una forma más de compañía.

Y votemos en colores

viernes, 2 de septiembre de 2011

Más sobre música

Esta noche os recomiendo la interpretación del gran Farinelli que podemos encontrar en este CD:
Aris.Christofellis - Farinelli et son temps. Quel.usignuolo

Y en cuanto a la música celta, sigo disfrutando de la colección Celtic Twilight. Quizás no tiene la profundidad que otras intepretaciones y en algunos volúmenes se eche de menos una mayor homogeneidad, pero todo tiene sus momentos, y estos CDs los llenan. Un buen atardecer en Galicia, o en Escocia, o en Bretaña, una buena compañía, una buena cerveza (o muchas) y a disfrutar.

Ahora apagamos las pantallas y nos vamos a leer. Mañana más.

domingo, 28 de agosto de 2011

Músicas poco conocidas pero muy recomendables

Son muy conocidos los grandes nombres de la música, pero ese conocimiento se limita a una banda muy limitada. Hay otros autores, otras músicas, que creo que os gustará si las comparto con vosotros, como es el caso de Antonio Casimir Cartellieri. No os perdáis este Cd: "Antonio Casimir Cartellieri (1772 - 1807) - Wind Concertos": Buscándolo en Google

No os perdáis tampoco el alarde de  Il Giardino Armonico en La casa del diavolo. No os cuento más porque en Internet encontraréis toda la información necesaria.

Pero como algunos ya sabéis, además del barroco me encanta la Edad Media. Y aquí tenemos a  Anonymous4 con su Love's Illusion, del Código de Montpellier (Montpellier Codex). Ideal para un atardecer mirando al campo.

Por cierto, es notable la diferencia de rapidez de navegación con el Google Chrome. Da gusto.

Ahora, a cerrar las pantallas y a leer. Otro día más.

sábado, 18 de junio de 2011

Encara hi ha combat

Una vegada més, el LLuis Llach ens dona paraules per a descriure el que hem de fer.

Tots aquells que més d'una vegada ens hem alçat per a lluitar per un somni, ens hem adonat que no toca, encara, anar-se a trobar cap descans. Encara hi ha combat, companys. I no podem, no volem deixar la lluita, per tots aquells que han caigut en ella i per nosaltres mateixos, per eixa llealtat fonamental que ens devem a nosaltres mateixos, als nostres arrels i a l nostra trajectòria. Si hi ha lluita, hi serem el primers, com llavors. No podem descansar sota la lluna blanca, encara. No podem deixar-nos anar al cau de les nostres sirenes, perquè encara hi ha combat.

Aixequem-nos, companys. No tenim dret a sentir-nos vells, ni vençuts, ni tan sols a sentir les nostres il·lusions traïdes, perquè som nosaltres els que les portem. Si encara hi ha combat, deixeu-me un lloc. Pels companys que han quedat darrera, pel meu amic que ja no hi és, per mi mateix, perquè encara puga tindre'm en la més alta estima, perquè encara no accepte ni la mentida ni la injustícia. Clar que encara hi ha combat, companys. Ens queda molt per a fer, moltes coses per a acabar la nostra tasca. Anem-hi. Encara hi ha combat. I si hi ha combat, hem d'estar-hi, perquè potser la mà que haja de mantindre la bandera enlaire siga encara la nostra. Quin goig, companys! Encara hi ha combat i nosaltres encara som aquí, encaram podem hi anar, encara podem combatre, encaram podem lluitar, encara podem viure.

Tot és lluita. tots som lluita. Perquè si no lluitem pel nostres somnis, per a què servix el que fem?. Hem de deixar alguna cosa als que ens seguixen, i gens millor que la nostra actitud de lluita, d'alçar-nos totes les vegades necessàries. Si hi ha combat, hi hem d'estar. No podem estar assentats, ocults, mentres altres es barallen per les nostres idees. I el combat comença, la lluita continua, quan ens alcem de nou i decidim que no estem vençuts. Encara respirem, encara podem lluitar. Encara tenim somnis. Encara ens hem de barallar per ells, si cal.

Abril 74 (Lluis Llach)

Companys, si sabeu on dorm la lluna blanca,
digueu-li que la vull
però no puc anar a estimar-la,
que encara hi ha combat.

Companys, si coneixeu el cau de la sirena,
allà enmig de la mar,
jo l'aniria a veure,
però encara hi ha combat.

I si un trist atzar m'atura i caic a terra,
porteu tots els meus cants
i un ram de flors vermelles
a qui tant he estimat,
si guanyem el combat.

Companys, si enyoreu les primaveres lliures,
amb vosaltres vull anar,
que per poder-les viure
jo me n'he fet soldat.

I si un trist atzar m'atura i caic a terra,
porteu tots els meus cants
i un ram de flors vermelles
a qui tant he estimat,
quan guanyem el combat.

http://www.cancioneros.com/nc/1625/0/abril-74-lluis-llach

viernes, 27 de mayo de 2011

Pel que fa a les eleccions

El Lluis Llach ja va expressar força bé allò que es pot dir ara: No és això

I m'agradaria molt dir que recolze plenament allò que s'anomenat la "Spanish Revolution" ó el "Moviment 15-M". Però abans voldria tindre la plena convicció que ha segut un moviment realment espontani, i que té un futur. Les generacions obliden massa vegades el que van fer les generacions anteriors. Inclús la mateixa generació oblida, sovint, el que ella mateixa ha aconseguit, perquè, potser, s'han oblidat el protagonistes ó ens hem integrat, protagonistes i ideologies, en el sistema. Nosaltres també tingueren un somni, i nosaltres també teníem policies al costat, però no eran blaus: eran grisos, força diferents. Nosaltres no volíem democràcia real, perquè pensaven que tan sols amb la democràcia ens bastaria. Nosaltres creiem en els partits, perquè, com no hi-havia, tos ens semblaven bons. Però, formes més refinades més o menys, encara manen els mateixos. Hem guanyat molt, és cert. Però no estem on volíem estar i, ni de llunt, hem arribat on volíem arribar. I no tenim dret, precisament els que varem tindre fa molts anys aquell somni, per a aturar-nos ara i mols menys per a pensar que tot està perdut.

Per això cal, de vegades o bé periòdicament, una revolució. O un moviment que ens fassa despertar-nos, saltar i reaccionar. I encara que siga tan sols per això, cal agrair a tots aquestos jóvens i no tan jóvens que han eixit al carrer que ens demostren que encara hi ha esperança i que la foscor por alçar-se.

I tot comença per dir NO, JA HI HA PROU, NO ES AIXÒ.

COMPANYS, NO ÉS AIXÒ  (LLuis Llach)

No era això, companys, no era això
pel que varen morir tantes flors,
pel que vàrem plorar tants anhels.
Potser cal ser valents altre cop
i dir no, amics meus, no és això.

No és això, companys, no és això,
ni paraules de pau amb garrots,
ni el comerç que es fa amb els nostres drets,
drets que són, que no fan ni desfan
nous barrots sota forma de lleis.

No és això, companys, no és això;
ens diran que ara cal esperar.
I esperem, ben segur que esperem.
És l’espera dels que no ens aturarem
fins que no calgui dir: no és això.

                                          Versions en Google

miércoles, 27 de abril de 2011

Las nucleares

La gente que conoce mi titulación como físico no tarda en preguntarme sobre las centrales nucleares, tema siempre de moda y mucho más desde el desastre en Japón. Como físico, mi obligación es remitirles a otros compañeros que están más especializados, más informados y más cualificados que yo para emitir sentencias. Yo puedo opinar como ciudadano, mejor o peor informado, puesto que la Física Nnuclear no es mi campo de trabajo, aunque adore la Física en cualquiera de los aspectos.

Establecido esto, me resulta estremecedora la ligereza con la que algunos políticos y otros agentes de la opinión pública han llegado a definir estas centrales como absolutamente seguras. Y aún ahora se define alguna como totalmente segura (Véase Cofrentes, por ejemplo). ¡Qué barbaridad!

En principio, no hay ningún sistema seguro al cien por cien. Por otra parte, solamente tenemos la certidumbre, como pasaba en Fukushima antes del terremoto, de que hasta la fecha no ha pasado nada. Sólo eso. No podemos prever qué va a pasar, ni aunque el terreno no fuera sísmico. Hay, siempre, posibilidades de que algo falle (Murphy). Y lo que tenemos que poder ver con tranquilidad es la rentabilidad de eso, las consecuencias de un posible fallo con respecto a los beneficios que estamos obteniendo.

Reconozcamos también que este tema está totalmente manipulado, tanto por intereses económicos como por intereses políticos. La tecnología que se nos vende (no digamos la que se instaló hace años) está enfocada hacia la rentabilidad, y la seguridad no está enfocada más que como un parámetro de esta. Se calcula el nivel de seguridad necesario y suficiente para mantener la rentabilidad. Ningún proyecto nuclear, ninguna empresa privada, plantearía niveles de seguridad tales que no le fuera rentable la instalación de un reactor nuclear. Se persigue el negocio, obviamente. Y la sensación de seguridad se obtendrá después manipulando a los medios de información y a los gobiernos responsables. El dinero puede mucho.

Por otra parte, la sociedad occidental está basada en la comodidad, se nos ofrece comodidad como una herramienta más para la estabilidad y la sumisión de las masas. Y la nuestra está basada en un consumo masivo de energía, y se nos ha asociado el acceso a una electricidad barata a la existencia, a pocos kilómetros de nuestras ciudades, de monstruos potenciales que en un momento pueden devorar, no solamente nuestro presente, sino el futuro de varias generaciones. Porque es rentable, porque da negocio, y porque garantiza la estabilidad en el poder de grupos y partidos sumisos ante tales poderes y deslumbrados ante tales negocios.

Es un disparate, en nuestro caso, tener una nuclear a menos de cien kilómetros de una gran aglomeración urbana como Valencia y su entorno (obviamente, es rentable). Es un disparate que esté aguas arriba del Jucar, de donde obtenemos el sesenta por cien de nuestra agua potable, y arteria de riegos y poblaciones. También es un disparate, desde luego, que las zonas europeas con más población sean las que concentran mayor número de nucleares (No hay más que ver cualquier mapa de distribución). Pero lo que nos tiene que dar mucho que pensar es que muchos de los habitantes de sus alrededores dan por buena su existencia a cambio de los puestos de trabajo que crean y de la economía inducida por su presencia., desde el razonamiento de que, como si explota alguna lejana también nos afecta, por qué no tenerla en casa. Si nos matan, que sean los nuestros.

Hay que ver, después de la terrible lección de Fukushima, si nos es realmente rentable cambiar los peligros que encierran las centrales nuclerares por los beneficios que nos aportan. Y no ocultar que es una tecnología cuyo comportamiento con el paso del tiempo (fatiga de materiales incluida) no se conoce, cuyos posibles accidentes no se pueden prever con seguridad y que los efectos de estos, como se está demostrando, no se pueden controlar y ni siquiera imaginar, por mucho poder que se tenga para manipular la realidad.

Tal realidad es tozuda e independiente. A ver si el final nuclear de la humanidad (al parecer sobrevivirían las cucarachas y las ratas) no va a venir por un general enloquecido con acceso a los misiles, sino por una banda de avariciosos insaciables con su secuela de gobernantes complacientes, que son aún más peligrosos.

Dan miedo las posibilidades. No vale desentenderse, puesto que en un momento dado todo puede cambiar. Imaginaros un desastre nuclear administrado por nuestros administradores….

Ya tardamos en apoyar a los que intentan parar todo este sinsentido.

Més sobre les nuclears

La societat occidental està basada en la comoditat, se'ns oferix comoditat com una ferramenta més per a l'estabilitat i la submissió de les masses. I la nostra està basada en un consum massiu d'energia, i se'ns ha associat l'accés a una electricitat barata a l'existència, a pocs quilòmetres de les nostres ciutats, de monstres potencials que en un moment poden devorar, no sols el nostre present, sinó el futur de diverses generacions. Perquè és rendible, perquè dóna negoci, i perquè garantix l'estabilitat en el poder de grups i partits submisos davant de tals poders i enlluernats davant de tals negocis.

És un desbarat, en el nostre cas, tindre una nuclear a menys de cent quilòmetres d'una gran aglomeració urbana com València i el seu entorn (òbviament, és rendible). És un desbarat que estiga aigües amunt del Xúquer, d'on obtenim el seixanta per cent de la nostra aigua potable, i a més a més és l’artèria de regs i poblacions. També és un desbarat, per descomptat, que les zones europees amb més població siguen les que concentren el nombre més gran de nuclears (No cal més que veure qualsevol mapa de distribució). Però el que ens ha de donar molt a pensar és que molts dels habitants dels seus voltants donen per bona la seua existència a canvi dels llocs de treball que generen i de l'economia induïda per la seua presència, des del raonament que, com si explota alguna llunyana també ens afecta, per què no tindre-la a casa. Si ens han de matar, que siguen els nostres.

Cal veure, després de la terrible lliçó de Fukushima, si ens és realment rendible canviar els perills que impliquen les centrals nuclears pels beneficis que ens aporten. I no ocultar que és una tecnologia el comportament de la qual amb el pas del temps (fatiga de materials inclosa) ben bé no es coneix, els seus possibles accidents no es poden preveure amb seguretat i els efectes dels quals, com s'està demostrant amb la realitat, no es poden controlar i ni tan sols imaginar, per molt de poder que es tinga per a manipular la realitat.

Tal realitat és tossuda i independent. Poguera ser que el final nuclear de la humanitat (segons pareix sobreviurien les panderoles i les rates) no vindrà per un general-terroriste embogit amb accés als míssils, sinó per una banda d'avariciosos insaciables amb la seua seqüela de governants complaents, que són encara més perillosos. Encara que la culpa la té tant el que ven la bomba com el que la compra

Fan feredat les possibilitats. Cal no fer el paperot ni fer-se l’orni. En un dir Jesús tot pot canviar i anirem tots a tomballons. Hem de fer costat ja amb els que intenten para açò.


jueves, 7 de abril de 2011

Les nuclears

La gent que coneix la meua titulació com a físic no tarda a preguntar-me sobre les centrals nuclears, tema sempre de moda i molt més des del desastre al Japó. Com a físic, la meua obligació és remetre'ls a altres companys que estan més especialitzats, més informats i més qualificats que jo per a emetre sentències. Jo puc opinar com a ciutadà, millor o pitjor informat, ja que la física nuclear no és el meu camp de treball, encara que adore la Física en qualsevol dels seus aspectes.

Establit açò, em resulta estremidora la lleugeresa amb què alguns polítics i altres agents de l'opinió pública han arribat a definir aquestes centrals com absolutament segures. I encara ara es definix alguna com totalment segura (Cofrentes, per exemple). Quina barbaritat!

En principi, no hi ha cap sistema segur al cent per cent. D'altra banda, només tenim la certesa, com passava en Fukushima abans del terratrèmol, que fins a la data no ha passat res (O això ens diuen). Només això. No podem preveure què passarà, ni encara que el terreny no fóra sísmic. Hi ha, sempre, possibilitats que alguna cosa falle (Murphy). I el que hem de poder veure amb tranquil•litat és la rendibilitat d'això, les conseqüències d'una possible fallada respecte als beneficis que obtenim.

Reconeguem també que este tema està totalment manipulat, tant per interessos econòmics com per interessos polítics. La tecnologia que se'ns ven (no diguem la que es va instal•lar fa anys) està enfocada cap a la rendibilitat, i la seguretat no hi és més que un paràmetre d'aquesta. Es calcula el nivell de seguretat necessari i suficient per a mantindre tal rendibilitat. Cap projecte nuclear, cap empresa privada, plantejaria nivells de seguretat tals que no li fóra rendible la instal•lació d'un reactor nuclear. Es perseguix el negoci, òbviament. I la sensació de seguretat s'obtindrà després manipulant als mitjans d'informació i als governs responsables. Els diners són molt poderosos.

lunes, 14 de marzo de 2011

Explicar Valencia

Me visitan unos amigos europeos. De verdad, de los de Centro Europa. Nos juntamos de tarde en tarde, desde aquellos años 70 en los que coincidimos dando clase en un colegio suizo. Colegio de verano para niños bien, en el que pagaban un pasta para aprender francés. Venían de todo el mundo, algunos en avión privado o con sus coches de lujo. La mayoría con sus chóferes y con su servicio, pocos con sus papás. Para un universitario de la España de Franco aquello era otro mundo. Pero entonces no había Erasmus, y había que buscarse trabajo para salir de aquí, y conocer cosas. Mi primera visita a Suiza me la pagué vendiendo apuntes fotocopiados. De cálculo, de esos con muchas integrales y muchas derivadas enésimas. Una preciosidad, oigan. Trece mil pesetas. Un fortunón (Unos 78,13 € de los de ahora). Eso me permitió ir, conocer, buscar y encontrar un trabajo que me permitía ir en verano, ganar unos francos, hacer unos amigos, practicar un idioma y abrirme a otros mundos. De categoría.

Era una institución curiosa: durante el curso normal, era un colegio de educación especial para niños difíciles. En verano, se financiaba como he dicho, dando cursos muy caros para niños muy ricos. La mayoría de origen germánico, pero venían desde Sudáfrica, Hong Kong, Israel… Interesante mezcla. Además, eran “niños” entre catorce y dieciocho años, por lo que muchos eran ya mucho más grandes que los profesores. Y alguno con más experiencias – de todo tipo – a su edad y por sus posibilidades que quienes allí se suponía que teníamos que controlarlos.

Yo entonces sabía francés (Eso creía) y me ocupaba de cosas tan variadas como las clases de repaso de Álgebra, Cálculo (Imaginaros explicar esto en francés a gente que viene a aprenderlo), defensa personal y excursiones (Esto era un vehículo ideal para conocer Suiza, poder montar viajecitos que además te pagaban)

El colegio era de una orden extraña, de esas que eran muy conservadores en Suiza y muy humanistas en Sudamérica. El director era un sacerdote genial, al que todos apreciábamos mucho y cuyo contacto cuidamos hasta que murió, condenado por su Orden a morir retirado en un sótano húmedo de un húmedo pueblo donde sus fiebres reumáticas le hacían redimir que se había opuesto a vender su querido colegio para que hicieran un hotel. Caridad cristiana.

Además de la plantilla fija (algunos en vacaciones), para el verano íbamos profesores añadidos: Heinz, un genial austriaco, muy católico, estudiante de económicas y sociales , que obtuvo una beca del Kremlim para doctorarse en socialismo (Entonces estaba la Urss en pleno auge). Peter, de Lucerna, hijo elegante de un arquitecto elegante, y a su vez estudiante de arquitectura. Andreas, de la Suiza romanche, hijo y sucesor de un constructor. Y así hasta siete (incluyéndome a mi) universitarios que nos lo pasábamos estupendamente y bebíamos cerveza suiza como auténticos tiroleses.

Además, teníamos los otros siete: Sacerdotes obreros, todos con título universitario, huidos del Chile de Pinochet. Curas comprometidos, realmente. Impresionante lo que contaban, e impresionante el testimonio de los refugiados que se recibían en Ginebra rescatados del más auténtico terror. Quienes quieren ignorar estas “memorias históricas” tendrían que haber visto bajar del avión a alguno de ellos. Gente genial, cuyas historias y ejemplos son inolvidables. Todos están otra vez en Sudamérica. La última noticia de alguno de ellos, en Chiapas. Otros curas, otros.

Todos tenían el vicio del fútbol (Yo no, y no entendía la necesidad de jugar justo después de comer, porque a esa hora en Suiza hace calor en verano, palabra). Todos eran muy buenos. Los sacerdotes chilenos parecía que habían dedicado más tiempo al balón que a la Teología. Tuve que demostrarles mis pésimas condiciones como futbolista, para que me echaran del equipo y así no tener más remedio que dejarme cuidar por las cocineras (Guapas chicas italianas, no es broma, cautivadas porque un profesor les ayudara a quitar la mesa, cosa no vista hasta la llegada de los españoles) y sufrir las siestas desde la sombra mirándoles afanarse al sol tras un balón. Sufrimiento total.

Heinz, Peter y Andreas han venido a verme. La última vez que nos juntamos fue hace quince años, en Viena. Siguen igual: Peter, tan serio y tan puesto. Heinz y Andreas, con ese humor tirolés que hay que compartir para no acabar desesperado. Son gente muy formada y muy informada. Hablamos casi más en inglés (o lo que sea) que en francés (o lo que fuera), porque nos hemos olvidado de todo. Andreas ha venido varias veces a España, pero sigue sin entender nada.

Es muy difícil explicar a unos centroeuropeos lo que pasa aquí. Nada más bajar del avión, Heinz y Andreas me saludan diciendo: “Heil, Mein Camps”, moviendo monetariamente los dedos de la mano derecha. Según me dice Heinz, se lo han enseñado unos erasmus valencianos alumnos suyos en Viena. Somos internacionalmente conocidos, oiga. En toda Europa. Será por lo bien gestionada que está nuestra comunidad. Se ríen mucho, y me toman el pelo todo lo que quieren. No entienden que aquí se vote a quien se vota, y nos comparan con la Italia de Berlusconi. Pero disfrutan como locos con las Fallas, y miran a las valencianas como auténticos quinceañeros. Se mueren de risa con el tamaño de nuestras cervezas, y recordamos con mucha añoranza nuestras veladas con las modestas jarras de dos litros de cerveza suiza. Caían varias para cada uno. Eran otros tiempos, éramos mucho más jóvenes y era otra cerveza. Ahora intentamos recuperar las cervezas perdidas.

Es muy difícil explicar a gente que viene de países civilizados por qué en una ciudad como Valencia no hay ni un mísero retrete público. Para el visitante, y mas en Fallas, y más por el centro de la ciudad, es un padecimiento añadido, innecesario, incomprensible. Hay que entrar en los bares, en muchos de los cuales no te dejan, y hacer largas colas para llegar a lugares infectos, ensuciados por las multitudes precedentes. En toda Europa (Menos en la nuestra) hay servicios públicos en los que, aunque sea pagando un euro, poder desahogarte dignamente. Aquí no. Hacen ordenanzar que te multan por ensuciar (razonable) pero no te ponen solución (irrazonable). ¡That's Ritiland, My dear!

Les cuento que para mear en Valencia hay que ser muy católico, que cuando vino el Papa teníamos por las calles literalmente miles de WCs, muchos de los cuales se devolvieron sin desprecintar. Se fue el Papa, ya no se mea. Nadie sabe quien pagó aquello, quien pidió tantos, ni siquiera si el contratarlos fue iniciativa local (Pensarían que solamente tenían sus necesidades los visitantes por cuestiones religiosas, y no los turistas que vienen a la Fallas, por ejemplo) o parte del caché papal por venir a apoyar a un partido conservador en época electoral: “Foto con el Papa, tanto. Abrazo, tanto más. Bendición y ceremonia: Tantísimo”. Un modelo de gestión de interés público, claro. Se admiran los europeos. Los de aquí, algunos, no paramos de admirarnos. Otros, piensan que también eso es culpa de Zapatero. Valencia es difícil de explicar, realmente.

miércoles, 9 de marzo de 2011

Com es diu en valencià?

Una de les coses més boniques d'una llengua són les frases fetes, que afortunadament impedixen, en la majoria dels casos, la traducció maquinal. Vegem algunes que són especialment atractives. Si  voleu anar enviant-me les que penseu que falten, entre tots farem un bon recull.

A hombros, a cuestas -> Al be, a cametes al coll
Apaga y vámonos -> Bona nit, cresol
Cada oveja con su pareja -> Cada olleta té la seua tapadoreta
Caer de bruces -> Caure de morros
Cria cuervos y te sacarán los ojos -> De desagraïts el món n'es ple
Dar gato por liebre -> Donar garses per perdius
Darse prisa -> Donar-se aire
Estar como un cencerro -> Estar tocat de l'ala
Estar hecho cisco -> Estar fet una coca
Estar que muerde -> Traure foc pels queixals
LLegar i besar el santo -> Arribar i moldre
No sabe dónde le aprieta el zapato -> No sap on té la mà dreta
No tener pies i cabeza -> No tenir cap ni peus
Pasar de castaño oscuro -> Passar de taca d'oli
Pesar más que un muerto -> Pesar més que un deute
Pillarse los dedos -> Quedar escaldat
Ser el vivo retrato de alguien -> Ser cagadet a
Ser experto en algo -> Tenir el culo pelat de fer quelcom
Sudar la gota gorda -> Suar la cansalada
Tener el santo de espaldas -> Dur merda a l'espardenya
Tocar madera -> Tocar ferro
Tomar el aire -> Escampar la boira
Una de cal y otra de arena -> Una de freda i una de calenta

Sobre las compras, de Navidad y otras

Es muy llamativo, y sujeto frecuente de tertulias, artículos y demás contrastes de opinión, el tema de las compras de Navidad (Donde se entiende, por extensión obvia, las de Reyes i las consecuentes rebajas posteriores). Pero quizá conviene verlas incluídas en una perspectiva más completa:

El modelo capitalista, dentro de su evolución al paroxismo consumista, basa su permanencia y triunfo en un férreo y conseguido control de masas. No ya por medio de las dictaduras ni de la violencia, sino a través de un total control de los medios de comunicación y de formación de masas, entre los que no se pueden excluir los grandes grupos de presión que controlan en gran escala los parámetros de la enseñanza y programas docentes.

En principio, se crea una mentalidad apropiada mediante la correspondiente siembra de un código de valores adecuado: preponderancia del dinero, importancia de los bienes materiales para la felicidad, la posesión como triunfo... Esto es obra, entre otros factores, tanto de un sistema docente carente de objetivos de promoción de la persona y dirigido a la producción de proletariado tecnológicamente formado como operario cualificado pero inmaduro afectivamente, en cuya intimidad la insatisfacción personal se codifica para ser recompensada mediante la acción de compra (Vease las ofertas, ya, de viajes cuya principal actividad es el “shopping”), como a la actuación de medios muy poderosos de comunicación (y formación y control efectivo) de masas como son el cine, la televisión e incluso los videojuegos.

Todas estas fuerzas actúan, y han actuado, y están diseñadas para seguir actuando en ello de forma creciente, codificando la psicología de las masas para la obediencia sumisa a estímulos programados.

Estas masas no son ya el proletariado paupérrimo de la revolución industrial: Son clases de una amplia banda media a las que se dota de una mínima capacidad de compra que garantice la estabilidad social, de forma que, por una parte, tengan sus miembros perspectiva de satisfacer esas pulsiones que se les han codificado, y por otra, consideren posible progresar en sus posibilidades de autosatisfacción mediante la compra. Es decir: Controlamos tanto la sumisión a los poderes imperantes como la productividad de tal masa, predispuesta a generar la plusvalía mediante la que engrosa cada vez más el capital, que es quien controla este ciclo infernal.

¿Y cuales son estos estímulos codificados?: Facilmente reconocibles y trasmitidos mediante tales medios de comunicación, cómplices herramientas necesarias y poderosas: Campañas de Navidad, campañas de Reyes, rebajas, San Valentín, Día del Padre, Día de la Madre.... Un sin fín de pulsiones en las que se emite a las mentes preprogramadas la orden: “Ahora te toca comprar”. Se da así, por ejemplo, la paradoja de que en Navidad se compra sabiendo que días después el mismo producto estarà más barato. Se obedece, simplemente.

Obviamente, como la diferencia de valor entre lo que la gente compra y lo que se le paga por su trabajo es muy grande, es preciso dejar periodos intermedios de relax, para que el sumiso consumidor vuelva a su trabajo, genere plusvalía (enriquezca al capital) para poder, en su momento, volver a comprar para enriquecer aún más al capital. Se convierte así a la sociedad en una esponja entrenada que va buscando dinero, con lo que nos produce beneficios porque explotamos su trabajo, para luego comprarnos cosas, con lo que nos produce beneficio porque le aplicamos un margen conveniente.

Todo esto se puede optimizar aún más mediante mecanismos como las modas, las caducidades tecnológicas y otros muchos medios de creación artificial de necesidades. No vaya a ser que haya algún vacío de presión el personal pueda pararse y pensar.

Pel que fa a les compres, de Nadal i altres

Ni negoci ni tradició: Acte programat.

És molt cridaner, i subjecte freqüent de tertúlies, articles i la resta de contrastos d'opinió, aquest tema de les compres programades, com son les de Nadal (S'entén, per extensió òbvia, la inclusió ací de les compres de Reis i les conseqüents rebaixes posteriors). Però potser convé veure-les incloses en una perspectiva més completa:

El model capitalista, dins de la seua evolució al paroxisme consumista, basa la seua permanència i triomf en un ferri i aconseguit control de masses. No ja per mitjà de les dictadures ni de la violència, sinó a través d'un total control dels mitjans de comunicació i de formació de masses, entre els que no es poden excloure els grans grups de pressió que controlen en gran escala els paràmetres de l'ensenyança i programes docents.

En principi, es crea una mentalitat apropiada per mitjà de la corresponent sembra d'un codi de valors adequat: preponderància dels diners, importància dels béns materials per a la felicitat, la possessió com a triomf... Açò és obra, entre altres factors, tant d'un sistema docent exempt d’objectius de promoció de la persona i dirigit a la producció de proletariat tecnològicament format com a operari qualificat però immadur afectivament, en la intimitat de la qual persona la insatisfacció personal es codifica per a ser recompensada per mitjà de l'acció de compra (Tenim les ofertes, ja, de viatges la principal activitat de les quals és el “shopping”), com a l'actuació de mitjans molt poderosos de comunicació (i formació i control efectiu) de masses com són el cine, la televisió i inclús els videojocs.

Totes estes forces actuen, i han actuat, i estan dissenyades per a continuar actuant en això de forma creixent, codificant la psicologia de les masses per a l'obediència submisa a estímuls programats.

Estes masses no són ja el proletariat paupèrrim de la revolució industrial: Són classes d'una àmplia banda mitjana a què es dota d'una mínima capacitat de compra que garantisca l'estabilitat social, de manera que, d'una banda, tinguen els seus membres perspectiva de satisfer eixes pulsions que li'ls han codificat, i d'una altra, consideren possible progressar en les seues possibilitats d'autosatisfacció per mitjà de la compra.

És a dir: Controlem tant la submissió als poders imperants com la productivitat de tal massa, predisposada a generar la plusvàlua per mitjà de la qual s’engrossa cada vegada més el capital, que és qui controla este cicle infernal.

I quals són estos estímuls codificats?: Facilmente recognoscibles i transmesos per mitjà de tals mitjans de comunicació, còmplices ferramentes necessàries i poderoses: Campanyes de Nadal, campanyes de Reis, rebaixes, Sant Valentí, Dia del Pare, Dia de la Mare.... Un sense fet de pulsions en què s'emet a les ments preprogramades l'orde: “Ara et toca comprar”. Es dóna així, per exemple, la paradoxa que en Nadal es compra sabent que dies més tard el mateix producte estarà més barat. S'obeïx, simplement.

Òbviament, com la diferència de valor entre el que la gent compra i el que se li paga pel seu treball és molt gran, és necessari deixar períodes intermedis de relax, perquè el submís consumidor torne al seu treball, genere plusvàlua (enriquisca al capital) per a poder, en el seu moment, tornar a comprar per a enriquir encara més al capital. Es convertix així a la societat en una esponja entrenada que va buscant diners, amb la qual cosa ens produïx beneficis perquè explotem el seu treball, per a després comprar-nos coses, amb la qual cosa ens produïx benefici perquè li apliquem un marge convenient.

Tot açò es pot optimitzar encara més per mitjà de mecanismes com les modes, les caducitats tecnològiques i molts altres mitjans de creació artificial de necessitats. No vaja a ser que hi haja algun buit de pressió el personal puga parar-se i pensar.

jueves, 3 de marzo de 2011

Diario de un valenbisicletero

Salgo feliz de casa: Es mi tarde de paseo. Cerca tengo una parada de Valenbisi, y preparo mi tarjeta de bono anual. Es un gran invento, que nos acerca a las ciudades civilizadas de Europa. Llego. No hay bicicletas. Normal: Son casi las ocho de la tarde y estamos en zona universitaria. Mal lo tengo, pues sé que si no hay aquí es que por Blasco Ibáñez no quedan. ¡Suerte! Llega una chica a dejar la bicicleta. Rápidamente meto mi clave y la vuelvo a coger. Ajusto el sillín. Milagrosamente, el mecanismo aparentemente endeble resiste los múltiples cambios de los usuarios. Ya soy ciclista activo. Enfilo por Blasco Ibáñez hacia la Avenida de Aragón.

Mal día y mala hora: Partido Valencia-Barça. Gane quien gane, partidazo. Aunque sea pronto, multitud de gente. Algunos pasan del carril bici. Otros lo respetan. Curioso, cómo prospera la culturización del personal. ¿Y si me pongo una bandera del Barça, pienso? Pero opto por sobrevivir.

Poco sitio entre los coches. Cuando hay partido, todo está permitido. Coches sobre las aceras, sobre los setos y ocupando el carril bici. La policía pasa, es día de futbol.

Consigo llegar a la Plaza de Aragón. Rumbo al puerto por la Avenida. Me cruzo con un remolque de Valenbisi que va reponiendo bicicletas. “Admirable”, pienso, “Realmente hay buen mantenimiento”.

Pero algo falla, la avenida está llena de ciclistas desesperados buscando donde dejar las bicicletas. (¿O se dice valenbisiclistas y valenbisicletas?). El señor de mantenimiento no ha tenido en cuenta que parte de la oferta de Valenbisi son las bicicletas, y parte no menos importante el lugar para ponerlas: Si llenamos todos los puntos de anclaje, no caben más. Elemental, ¿no?. Ya me parecía a mí demasiado perfecto el asunto. Estadísticamente, debería ser una proporción entre 1/3 y ½ de los puntos libres, para optimizar, pienso (Interesante problema de investigación operativa). Pero aquí en Valencia somos así: Todo lleno, con un par.

Diari d'un valenbisicletero

Isc feliç de casa: És la meua vesprada de passeig. Prop tinc una parada de Valenbisi, i prepare la meua targeta de abonament anual. És un gran invent, que ens acosta a les ciutats civilitzades d'Europa. Arribe. No hi ha bicicletes. Normal: Són quasi les huit de la vesprada i estem en zona universitària. Ho tinc malament, perquè sé que si no hi ha ací és que per Blasco Ibáñez no en queden. Sort! Arriba una xica a deixar la bicicleta. Ràpidament fique la meua clau i la torne a agafar. Ajuste el selló. Miraculosament, aquest mecanisme aparentment feble resistix els múltiples canvis dels usuaris. Ja sóc ciclista actiu. Enfile per Blasco Ibáñez cap a l'avinguda d'Aragó.

Mal dia i mala hora: Partit València-Barça. Guanye qui guanye, un bon partit. Encara que siga prompte, multitud de gent. Alguns passen del carril bici. Altres ho respecten. Curiós, com prospera la culturització del personal. I si em pose una bandera del Barça, pense? Però opte per sobreviure.

Poc lloc entre els cotxes. Quan hi ha partit, tot està permés. Cotxes sobre les voreres, sobre les bardisses i ocupant el carril bici. La policia passa, és dia de futbol.

Aconseguisc arribar a la Plaça d'Aragó. Rumb al port per l'avinguda. M'encreue amb un remolc de Valenbisi que va reposant bicicletes. “Admirable”, pense, “Realment hi ha bon manteniment”.

Però alguna cosa falla, l'avinguda del Port està plena de ciclistes desesperats buscant on deixar les bicicletes. (O es diu Valenbisiclistas i valenbisicletas?). El senyor de manteniment no ha tingut en compte que part de l'oferta de Valenbisi són les bicicletes, i part no menys important el lloc per a posar-les: Si omplim tots els punts d'ancoratge, no caben més. Elemental, no?. Ja em pareixia a mi massa perfecte l'assumpte. Estadísticament, no hauria de ser una proporció entre un terç i la meitat dels punts lliures, per a optimitzar? (Interessant problema d'investigació operativa). Però ací a València som així: Tot ple, amb un parell.